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La mala costumbre es más que una novela. Es una dosis de crudeza y realidad con la que afrontar la vida y mirar a nuestro alrededor con nuevos ojos. “Es una novela de crecimiento personal, casi ortodoxa” como la definía su autora en una entrevista para Culturas 2 de RTVE.
Alana S. Portero nos traslada al barrio obrero de San Blas en Madrid. Lo hace en el contexto de los años ochenta en los que la heroína arrasaba todo a su paso dejando estampas de gran dureza como las que nuestra protagonista vive en la novela. Se trata de la historia de una niña que habita un cuerpo en el que no se reconoce y que nos relata en una primera persona muy cotidiana su día a día hasta hacerse adulta. Alana consigue que sintamos que nos están contando una historia real, su propia historia. Sin embargo, se trata de una obra de ficción en la que la autora ha esbozado escenarios que beben de su infancia en Madrid o de la experiencia trans, para ofrecer historias de vida con un toque mágico en algunas ocasiones.
La edición de Seix Barral se viste con una ilustración de la artista y escritora Roberta Marrero. Una mujer admirada por Alana y cuya obra El bebé verde comparte mucho con la protagonista de La mala costumbre. Asimismo, la presencia de otras mujeres como Sophie Xeon o Madonna nos acompañan durante una lectura en donde madres, vecinas o trabajadoras sexuales trans son protagonistas. La autora da una voz y lugar especial a estas últimas, por ser quienes habitaron los barrios de Chueca y Malasaña de final de los ochenta y noventa, un centro de Madrid muy diferente al de hoy. Uno de los grupos más castigados por una Ley de Peligrosidad Social que no se derogó de forma definitiva hasta 1996, pero que, a su vez, eran reclamadas por muchos hombres. Se entreteje de esta forma un retrato social del Madrid de la época en el que nuestra protagonista en una suerte de viaje del héroe va avanzando y construyéndose a ella misma.
En consonancia con lo anterior, Alana retrata a diversos personajes masculinos que nos aportan otra forma de ser dentro de una sociedad patriarcal. Figuras clave como su hermano o su padre nos permiten ver cómo encontrar un lugar y cuidar de tus allegados aunque no los comprendas en su totalidad. Dos personajes que nos hacen reflexionar sobre el mirar al futuro, pensar cómo cambiar para mejor dentro de la sociedad actual.
En definitiva, La mala costumbre se ha convertido en un éxito editorial dentro y fuera de España, con una historia que nos muestra las dificultades de la vida con gran realismo y dureza, y al mismo tiempo con una escritura madura y amable. Alana S. Portero ofrece una novela para todos los públicos en la que todos tienen cabida, y donde ahora lo tienen aquellos a los que se les había excluido.