Les nostres recomanacions i propostes

Mirar siempre supuso un ejercicio afectivo, y la primera obra de Alejandra Arroyo se hace cargo de ello: San Sebastián de los Reyes nos muestra a través del ejercicio poético cómo el paisaje y lo cotidiano se conciben como entidades dinámicas en constante transformación; en este sentido, Arroyo se convierte en una suerte de flâneuse situacionista donde cada componente que constituye el barrio muta a través del entrecruzamiento entre el recuerdo y su actualización.

La poesía de la autora nos muestra una máxima que ya aprendimos con Claire Marín:  los lugares son concebidos desde el imaginario que construimos sobre él en común, de tal modo que la revisitación del territorio se torna colectiva. Así, la magdalena de Proust se convierte en una lemon pie elaborada como símbolo del espacio que la autora habita, agrupando en él la vivencia colectiva del barrio con la imaginación de una receta colectiva entre amigos.

San Sebastián de los Reyes es calle de dirección múltiple en tanto que el recorrido urbano es siempre modificado por el modo mediante el cual la memoria cambia la percepción del recuerdo, ofreciendo una panorámica siempre cambiante.