Les nostres recomanacions i propostes

Hay libros que cuando los estás leyendo —o ya los has leído—, te parece estar reviviendo o leyendo la historia de tu propia vida, o cuanto menos de un fragmento de la misma. Entonces, dependiendo de cómo seamos de severos para con nosotros mismos, emitimos un leve suspiro y pensamos que, al final, no estamos tan mal; que en todos los sitios cuecen habas y que todas las familias tienen sus cosas.

Es ahí cuando vemos y entendemos en toda su grandeza la buena literatura, que es aquella que nos permite un respiro y sosiego. Por eso, aunque el libro se convierta en un espejo, no lo arrojamos ni nos da por romperlo; lo cuidamos porque sabemos que es un espejo que aunque nos ofrezca una imagen que nos desagrada o no nos gusta del todo, en realidad nos la ofrece no para criticarnos ni nada por el estilo, sino para simplemente hacernos ver que la vida no es perfecta ni nosotros el único rara avis.

Eso pasa exactamente con el último libro de Ignacio Martínez de Pisón. Con una trama y personajes que nos recuerdan a su mítico Carreteras secundarias, Fin de temporada nos sumerge en la historia de Rosa, madre soltera, y su hijo Iván, y de los secretos de toda una vida, y de cómo mantener éstos silenciados, como si nada hubiese pasado, puede no ser —y no es— la mejor de las soluciones, porque al final, éstos, acaban por saberse y poniendo todo patas arriba…; aunque hay que contar con eso que llamamos la tiranía de la sangre, de la familia.
Una novela memorable.