Les nostres recomanacions i propostes

Ressenya
Jorge Fernández Díaz
Mamá
Per Blog de La Central
6.3.2019

Carmen es el ejemplo de tantas mujeres puestas a levantar el mundo con tan sólo unos años. Es difícil no conmoverse, es complicado no sentir la bofetada de realidad cruel. Solo, y sin ofender al autor, este relato sería más justo visto por un narrador femenino. No obstante, lo que consigue con este punto de vista tiene sus pros y contras: no se para a dramatizar, a regodearse en las situaciones que ya por si solas resultan duras como lijas, consigue un balance justo entre dureza y objetividad.
Por otro lado, quizás en este retrato de mujeres (su bisabuela, abuela, madre e incluso su mujer) quedan algo frenadas por los relatos de los padres, seres que determinan el futuro de sus mujeres como contracampo y, sin embargo, la mayoría de las veces, egoístas, y casi siempre ajenos o paralelos.
Ni siquiera el propio autor es capaz de medir su presencia, pues al final podríamos concluir que esta historia familiar es una suerte de excusa para contar la suya propia. Y en su caso, él tampoco cuenta su amor de manera 'pareja': mientras él trabaja y discurre, lucha por su sueño literario, su mujer lleva su camino, en espera, con momentos de confluencia, repitiendo él ciertos pecados del padre, sin aprender.(Hay un capítulo con el nombre de su mujer, pero Gabi aparece a las 20 páginas y se queda en las esquinas. Nos quedan ganas de saber más de esta mujer que 30 años después de que su suegra lo sufriera, se halla pariendo en la soledad psíquica, y en un caso también física, y criando a sus hijos, ante un marido, que ausente por el trabajo, la ha llevado a la emigración a la Patagonia)
He aquí que, como muy bien dijo Erich Fromm en "El arte de amar", aunque el estudio vaya con el sesgo cultural de la época, el amor de las madres es incondicional e instantáneo, pero el de los padres requiere el esfuerzo de los hijos, hay que ganárselo. Conseguir esta meta parece inalcanzable o improbable en muchos casos. Nuestros hombres parecen fuerzas salvajes o inamovibles, piedras de un acantilado asturiano tendentes al abandono o al hermetismo, encerrados en un mundo de hombres con conexiones efímeras con el de sus mujeres.
El otro gran tema del libro es la emigración, una forzosa huida del hambre en busca de una bonanza en apariencia imposible. Esta meta no resulta sencilla en ningún caso y no ayuda la ponzoña de la añoranza que impide la felicidad y el vinculo nuevo con el nuevo país: "Eran españoles en Argentina y argentinos en España". Esa morriña en el tiempo genera un desarraigo que cruza sus vidas, un ideal perturbador que se mantiene y que heredan los hijos. ¿Es el paraíso y el hogar dos utopías imposibles y esfuerzos contradictorios? Ellos crearon sus pequeños mundos luchando pero no pertenecían nada más y nada menos que a sus familias y, admitámoslo, a esas grandes mujeres que lo dieron todo por ellas. Quizás por eso duele, que los misterios que ansía el narrador sean los de la historia del abuelo huido, que se inmiscuya en la diégesis como protagonista, porque "Mamá" se valía por si sola, como ya ha hecho toda su vida. (Vicios de escritor, y de hombre, ya se sabe)