Kiriko Nananan es conocida especialmente por ser una autora que se centra en los desengaños sentimentales, amorosos o hacia la vida misma, de la juventud japonesa. Gracias a Ponent Mon ya pudimos conocer en 2004 su manga
Blue, cuyas protagonistas se encuentran en ese vertiginoso momento de la vida en el que se acaba el instituto para pasar a la vida adulta. Ahora, con
Strawberry Shortcakes, ya estamos en esa vida adulta y seguimos el rastro de cuatro amigas en la ciudad de Tokio contemporánea. Conocemos a Toko, Chihiro, Riko y Aki, cuatro mujeres muy diferentes entre sí pero que, sin embargo, tienen algo muy importante en común. Todas intentan como pueden encontrar el amor y la felicidad mientras tratan de tomar las riendas de sus vidas. Cosa que, por supuesto, no resulta fácil en absoluto. Amar a alguien que no te ama de vuelta; que te ame alguien a quien no amas; compararte constantemente con la vida perfecta de tu compañera de piso; tener una vida aparentemente perfecta, pero sentirte insatisfecha y vacía; celos, decepciones, momentos de alegría, de placer efímero, soledad, amistad… No solo acompañamos a estas cuatro mujeres, sino que, de alguna manera, ellas también nos acompañan a nosotras. Nos hacemos amigas.