«El déspota muere sonriendo / porque sabe que, después de su muerte / la arbitrariedad solo cambia de manos / y la servidumbre no tiene fin». Haciéndose eco de esta cita de Heine, Cotarelo se pregunta, con La Boétie, a qué se debe la obediencia voluntaria de los súbditos al tirano, y cómo es posible liberarse de ella. Siguiendo este hilo, va desgranando las nuevas dictaduras, como la dictadura del partido, la de los medios de comunicación o la «tiranía de la mayoría», todas ellas encaminadas a producir subjetividades acordes a los mandatos de una oligarquía que vela por sus propias necesidades. Pero sólo cuando vamos a la raíz de todas estas técnicas que dirigen nuestras vidas, encontramos al dictador contemporáneo por excelencia: el capitalismo. Con el fin de imaginar estrategias de liberación, Cotarelo pone a funcionar su maquinaria teórica al servicio del presente, ofreciendo nuevas herramientas que permiten trazar un horizonte de resistencia que pasa por la utilización de la red y su potencia para articular «multitudes inteligentes», y cuyo sentido obedece a la idea de que «la liberación de la servidumbre comienza con la desobediencia».