Sierra, uno de los artistas españoles más reconocidos en la escena artística internacional, es también uno de los que más controversias genera entre el público y la crítica especializada. Su obra pone en primer plano la cuestión del trabajo y los mecanismos de alienación capitalista que subyacen en el mismo, de los que, Sierra afirma con rotundidad, tampoco escapa la obra y el sistema del arte. «…nosotros, el mundo de la cultura, somos del equipo ganador, somos, sorpresa, los explotadores». En algunas de sus acciones más cuestionadas el artista madrileño utiliza en muchas ocasiones personas, «trabajadores», remunerados para llevar a cabo acciones humillantes e incluso peligrosas. Otras veces, como en el caso de su intervención en el pabellón de España en la Bienal de Venecia (2003) o el de su rechazo del Premio Nacional de Artes Plásticas (2010), la polémica ha trascendido al primer plano de la esfera pública nacional. Ante la insistente acusación de cinismo por reproducir en su trabajo, y lucrarse, de los mecanismos de explotación capitalista que su trabajo desenmascara, Sierra afirma que «él es un artista, no un activista», y tacha de hipócritas a los que pretenden mantener ese status de superioridad moral del sistema arte y el papel mesiánico impuesto al artista desde las vanguardias. El artista por tanto no se posiciona políticamente en su obra, obligando al espectador a hacerlo por sí mismo. El conjunto de entrevistas que aquí se recogen parece tener la misma intención, que el lector se haga una idea propia del trabajo de un artista que por polémico, muchas veces no ha sido considerado en su justa medida, además de una buena herramienta para obtener de primera mano una visión panorámica de la obra del artista y de las claves de su sistema de trabajo.