Les nostres recomanacions i propostes

Al empezar una novela en forma de diario uno necesita un periodo de adaptación. Implica calma, sosiego e intimidad para familiarizarnos con el contexto. En La luz y la montaña Soledad Urquia utiliza este formato para llevarnos a un paisaje de Traslasierra donde la maternidad y la espiritualidad son las protagonistas.

Urquia nos hace reflexionar, entre otras cosas, sobre el tiempo en nuestro día a día. La búsqueda espiritual constante que caracteriza a la protagonista nos lleva a detenernos para meditar a la vez que ella. Esa búsqueda de cinco minutos diarios para uno mismo, al igual que hacía su abuela con ese pequeño libro de rezos Los cinco minutos de Dios, se convierte en una herramienta para sobrellevar mejor la ajetreada vida del ciudadano del siglo XXI.

Nuestra protagonista escribe: ¿Es la espiritualidad, con sus dispositivos y teorías tan complicadas, un intento de volver a lo simple? ¿Qué significa ser simple? Encontrar respuesta a sendas preguntas no resulta sencillo, es más, me atrevería a decir que generan más dudas de las que aclaran. Sin embargo, tal y como ocurre en la novela, las respuestas aparecen según avanzamos, en un viaje a la India o en los libros de autores como Pablo d’Ors o Anne Carson, tal y como lee nuestra protagonista.