Zurbarán: una nueva mirada

Zurbarán: una nueva mirada

Sense existències ara
Rep-lo a casa en una setmana per Missatger o Eco Enviament*El catálogo propone un recorrido por la obra de Zurbarán a través de una selección de obras que permite valorar varios óleos incorporados al catálogo del pintor en los últimos años, algunos de ellos jamás mostrados hasta ahora en España.
Este recorrido comienza con los bodegones del artista y de su hijo Juan y dedicando una mirada a los colaboradores de su obrador. En sus primeros óleos encargados por órdenes religiosas aparecen ya plenamente configuradas las características de la pintura de Zurbarán: sobriedad, sencillez en la interpretación de los temas y los personajes, formas contundentes perfectamente definidas por la luz, expresivos contraluces, excelente dibujo, espiritualidad contenida en unas composiciones solemnes y tranquilas y un admirable tratamiento de los objetos, especialmente de las telas, como se aprecia en los hábitos blancos de los monjes.
La década comprendida entre 1630 y 1640 se considera la más brillante de la carrera de Zurbarán por la calidad y la cantidad de trabajos que el pintor realiza. En esta época los encargos proceden mayoritariamente de la ciudad de Sevilla, y en paralelo a los grandes ciclos, Zurbarán realizó pinturas aisladas destinadas tanto a órdenes religiosas como a clientes particulares
Hacia 1650 el estilo de Zurbarán sufre una importante transformación. Las formas escultóricas y la intensa luz de sus primeros trabajos dan paso a una penumbra evocadora en la que envuelve a sus figuras y a una pincelada más suave que no resta precisión a sus imágenes. Los tamaños de las obras son más reducidos, pues gran parte de la producción de esos años está destinada a la devoción privada de una clientela noble y aristocrática. Sin embargo, sus lienzos finales conservan intactas las características esenciales de su pintura: el sentimiento religioso o la capacidad para captar las distintas calidades de los objetos.