El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella

En 1937, con motivo de la Exposición Internacional de París, Alberto Sánchez (Toledo, 1895 - Moscú, 1962) proyectó "El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella", pieza de doce metros y medio esculpida en cemento y bronce, que se situó en la entrada del Pabellón Español. Dentro se podían contemplar obras de Miró, Calder, Julio González o Picasso, que presentó allí su "Guernica". Esta obra de Alberto, quizá la más emblemática de su carrera, desapareció para siempre aquel año. Hoy sólo se pueden contemplar dos réplicas de la misma: una, esta vez de doce metros, en la entrada del Museo Reina Sofía de Madrid, y la otra, de menor escala, en la plaza de Barrio Nuevo de Toledo, ciudad natal del escultor. Este libro colectivo pretende homenajear una obra universal, que nunca debió perderse, realizada por un creador imprescindible.