Les nostres recomanacions i propostes

La ilustración trajo consigo la centralidad del individuo como garante de verdad, pero cuando éste comprendió su finitud la ambición de certidumbre cayó irremediablemente. La identidad cuarteada por la conciencia de la propia insignificancia precisaba de un sumidero por el que filtrar la sujeción desfragmentada. El diario íntimo se convierte así en género literario al servicio de la recomposición identitaria, pero también en dispositivo de control hacia una población femenina obligada a cumplir el mandato social de maternidad y matrimonio.

Las mujeres cuyos escritos Begoña Méndez analiza en este ensayo, con entrega religiosa y rigor de cirujana, constituyen un ejemplo textual de herida abierta: esa que surge de la contradicción entre el imperativo externo y la ebullición interna. La frontera entre lo privado y lo público se disuelve en la intimidad de estos diarios que se sitúan a medio camino entre la fisura personal y el grito político. De Santa Teresa a Susan Sontag, de Margarita Gil Roësset a la Princesa Montonera, Méndez puentea estos yoes para desvelar el nosotras que los sostiene. Porque nos protege y fortalece lo común debería ser, junto a lo íntimo, lo único inapropiable. 

Mónica Herranz Martín