La obra de Edith Södergran es poco conocida en nuestras fronteras pese a su gran valía. La presente edición, prologada por la poeta y editora Elena Medel y traducida de forma impecable por Neila García, nos ofrece una completa retrospectiva de la obra de esta gran mujer, y se erige como punto de inflexión en la poesía sueca contemporánea. Sus composiciones constituyen una ruptura con la lírica imperante en los albores del siglo pasado, y suponen una ventana abierta a nuevos horizontes para el lenguaje poético. Nuestra autora, nacida en una familia aristócrata, accedió a una educación avanzada y, desde muy joven, disfrutó de la gran biblioteca del centro donde estudiaba, leyendo con gran avidez a Heine y Goethe. En este caldo de cultivo surgen sus primeros poemas escritos en alemán, a los catorce años. Más adelante, la lengua vehicular de su poesía será el sueco, y las ideas filosóficas de Nietzsche y una virulenta enfermedad impregnarán su obra. Mujer de grandes capacidades intelectuales y de una sensibilidad especial, fue capaz de tejer un universo propio donde la mujer es la que alza la voz y asume el papel de creadora, dejando atrás su ideal clásico: «Buscabas una mujer y encontraste un alma – estás decepcionado».