Les nostres recomanacions i propostes

Es sábado. Estás en la playa. El sol brilla. El mar está tranquilo y el lunes laborable parece tan lejano que sientes tu cuerpo flotar en medio de un apetecible vacío que surge dentro de ti al sentir que no tienes nada por hacer más que darte a la vida mientras descansas sobre la arena caliente. Tras una agradable conversación con tu colega, te tomas un rato para la lectura. Sacas “El derecho a las cosas bellas” y Emma Goldman te recibe afirmando: “las cosas bellas no son un lujo […] la vida sería insoportable sin ellas”. Gracias, por un momento casi me siento culpable por sentir placer.
Juan Evaristo ha escrito el libro que hacía falta escribir. El libro que nos permitirá tener conversaciones incómodas pero necesarias en los próximos meses y el libro que, con un poco de suerte, provocará un desencadenamiento de interesantes reflexiones y acciones políticas que nos permitan exigir y articular lo que habían conseguido extirpar de nuestro ser: el deseo de vivir.
Resulta desalentador que tengamos que recordarnos una y otra vez que no estamos en este mundo solo para trabajar, que el deseo de producir/consumir que impregna nuestra vida y nuestras relaciones puede ser solamente una opción más si decidimos abrir y empezar a hablar de otros horizontes de vida deseables.
Esta apertura a nuevas formas de vincularnos con el mundo es lo que se propone el autor en este nuevo libro editado por Ariel. A través de la reflexión histórica, filosófica y literaria de conceptos y lugares comunes como la huelga, la pereza o la ciudad, Evaristo nos invita a parar, reconocernos en nuestro hartazgo, cansancio y desgana, para darnos colectivamente a los placeres de la vida holgada.