Duelo al sol no empieza en la primera página y sigue después de los créditos finales. Esta obra de Manuel Marsol es un libro, como los grandes, para cualquier edad. Lo edita Fulgencio Pimentel: en este caso, Fulgencio Pimentel e hijos. El escenario es el de la portada, pero podría ser cualquier sitio, tanto el duelo como el sol son metafóricos y literales. El libro te atrapa en una sucesión de imágenes que, con el uso del zoom y las direcciones, convierten la lectura de ilustraciones en una experiencia sugestionadora. El escenario arquetípico de un duelo entre un indio y un vaquero sirve para desmontar todo lo previsible, el verdadero combate. Ya sea por una nube, o por un pájaro que se posa, o por la llegada de un gran jaleo, los protagonistas van posponiendo el momento del disparo de la pistola y la flecha, hasta que es esa misma espera la que plantea preguntas y reflexiones sobre el sentido de la pelea y la confrontación. Esa espera, ese tiempo detenido por el miedo a disparar no es total, ya que el sol se va poniendo y la noche llega. Pero en algún momento disparan… tendréis que averiguar por qué.