Horizonte tardío

Horizonte tardío
Bajo un sombrío puente de la
Panamericana, en Lima, el protagonista de
esta intensa novela se encuentra de
casualidad con un excompañero de colegio.
Las circunstancias harán que emprendan
juntos viaje al sur, montados en la carga de
un camión y junto a tres jóvenes de bajo
estrato. El viaje, que se supone corto, se
convierte en una inesperada odisea que
evoca la paradoja de Aquiles y la tortuga,
produciéndoles la inquietante sensación de
que nunca van a llegar.
Narrado de
forma intercalada y
con la frescura propia
de la oralidad, es el
mismo protagonista
quien habrá de contar
la historia veintitantos
años después a su buena amiga Aurora,
convaleciente en una clínica barcelonesa tras
una complicada operación.
Novela de carretera, realismo
sucio, picaresca y algo de punk rock,
Horizonte tardío es al mismo tiempo un
retrato vívido del Perú de finales del siglo
XX, en el que se mezclan crueldad, ternura
o delirio, y en el que, como destacaba
Santiago Roncagliolo en el prólogo a Salvo
el poder, el autor demuestra que «le gusta
hundir las manos en el fango».