Ojalá nunca lo leas


Ojalá nunca lo leas

Sadie Wen es perfecta... en teoría. Sadie tiene la mejor nota de su generación y todos los profesores la adoran. Conseguir todo eso no ha sido fácil, pero ella tiene un truco que le ha permitido soportar el estrés de ser una estudiante ejemplar: descarga todas sus frustraciones en correos electrónicos que nunca envía. Jamás se atrevería a herir los sentimientos de sus profesores y compañeros.
Y sus correos más duros son contra Julius Gong. Él es el único chico del colegio que ha competido con ella desde que eran niños. En sus mensajes, Sadie expresa todo el odio que intenta disimular en persona: «Estás sediento de atención, vives obsesionado contigo mismo y eres insoportablemente vanidoso». ¿Para qué reprimirse si nadie va a leerlos?
O al menos de eso cree? hasta que todos se envían por accidente. De un día para otro, la vida de Sadie se convierte en una pesadilla. De repente, todos en la escuela saben lo que realmente piensa de ellos y ninguno de ellos tendrá reparos en expresar sus opiniones sobre ella. En medio del caos que se desata, hay una persona que sí aprecia a la «verdadera» Sadie: Julius, el chico al que juró detestar toda la vida.