Siempre vengo de noche


Siempre vengo de noche

«No me queráis tanto, que me vais a matáh» nos dice el dramaturgo, director de escena y performer Alberto Cortés en su nueva pieza, Analphabet. En ella, los fantasmas ocupan el papel protagonista de una historia construida sobre y a partir de la melancolía, la vulnerabilidad y la pena a las que nos llevan en ocasiones las relaciones de pareja. Ambientada en una mezcla de paisajes vascos, playas andaluzas y bosques del romanticismo alemán, Analphabet es (quiere ser) mito y consuelo de nuestras heridas y azote de nuestros abusadores. La palabra se convierte así en sanación del cuerpo maltratado y en altavoz de los abusos tantas veces silenciados que se dan (también) en las relaciones intragénero. Entre los múltiples paisajes y visiones aparecidos en estas páginas, encontramos a otros fantasmas que comparten genealogía: Goethe, Hölderling, Novalis, Bergamín o Anne Carson. Como correlato de esta herida, Siempre vengo de noche se cierra con un cuaderno de notas, o diario de trabajo, en el que el autor crea otra obra donde recoge sus inseguridades, contradicciones e impresiones acerca del hec
Esdeveniment passat

25.2.2025
La Central del Museo Reina Sofía
Siempre vengo de noche, Alberto Cortés
Continta
«Somos parte de una genealogía de fantasmas».
Alana Portero
«No me queráis tanto, que me vais a matáh» nos dice el dramaturgo, director de escena y performer Alberto Cortés en su nueva pieza, Analphabet. En ella, los fantasmas ocupan el papel protagonista de una historia construida sobre y a partir de la me...
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