La balada de Moly Sinclair

Sobre el libro La balada de Moly Sinclair de Juan Vico publicado por Origami:

Un prostíbulo de los años veinte. Los regueros de pintura y sangre de Jackson Pollock. Las plazas de Roma, los cementerios de París, las carreteras de Calabria y del Peloponeso. Una vieja zapatería. Un escritorio vacío. Las pelirrojas. La luz artificial de la infancia. El poder premonitorio del arte. La lluvia perpetua en una película oriental. Los bares, la noche y sus mentiras. Las lolitas. Un bodegón de fetiches. La muerte de François Villon. El lenguaje como celebración y como condena. La escritura y, sobre todo, su cuestionamiento. Porque bajo los textos que componen La balada de Molly Sinclair parece vibrar siempre la duda sobre el verdadero papel de la literatura en nuestro mundo. ¿Qué tipo de poesía tiene sentido escribir hoy en día? ¿Debemos seguir construyendo poemas sin ver en ello un gesto más o menos anacrónico? ¿Cuál es el lugar de la ironía? ¿Se puede renunciar al hermetismo y no caer en el terreno de la obviedad? ¿Cómo hacer para que coincidan el misterio y el acto comunicativo, la experimentación con el idioma y la emoción? Son múltiples las preguntas que de forma indirecta aquí se suscitan por medio de una voz en apariencia descreída, distanciada, fundamentalmente consciente de que toda afirmación lleva consigo el germen de su derrota.